
Desde el principio de la humanidad, el poder de los que lideraban la tribu devino en el Poder Político. Y el poder de las creencias sobrenaturales y sus intermediarios o promotores, se transformó en el Poder Religioso. También, casi desde el principio ambos poderes estuvieron siempre íntimamente ligados por conveniencia reciproca. En estas condiciones la liga de los dos poderes iniciales poco a poco fue generando “los intereses creados” por la codicia latente en la mente de algunas personas y sus motivaciones recónditas; dando lugar así a un tercer poder: el Poder Económico, que se convirtió en el gran motor del “desarrollo” y la fuente financiera de los otros dos; “los rico hombres” como se les llamaba en la Castilla de Carlos I, eran siempre tomados en consideración por los otros poderes para las decisiones trascendentes. Desde el principio se fue creando una simbiosis entre los tres, benéfica para su sus élites y para la subsistencia de ellos mismos. Sin embargo esta liga, históricamente ha resultado perniciosa para la sociedad, y perdura su daño hasta la actualidad; a pesar de la reforma del Estado Moderno a finales del siglo XVIII. La mejor prueba de ello es la evidencia de la gran desigualdad social prevaleciente en casi todo el mundo en pleno siglo XXI Sigue leyendo →