Es el derecho de protección por parte del Estado; a los grupos y personas más débiles de la sociedad y por lo tanto, los más expuestos a la injusticia de la sociedad misma y a la explotación que se da a través de organizaciones demagógicas, como los sindicatos ligados a los partidos políticos, tanto en la ciudad como en el campo, además de los múltiples monopolios tanto públicos como privados; que imponen los precios a muchos productos en el mercado, saqueando de esta manera a la sociedad.
La justicia social tiene como objeto tratar de lograr, por parte del Estado, una justicia distributiva de los beneficios del trabajo, del desarrollo y de la creación de la riqueza para lograr calidad de vida para todos, con equidad e igualdad de oportunidades. Instrumentando para esto políticas públicas de desarrollo social, para lograr la superación de los más débiles por ellos mismos, con instrumentos de protección y estimulo, sin caer en el paternalismo y la dádiva clientelar. Para que estas personas cuenten con los instrumentos básicos, necesarios, como: financiamientos blandos, apoyos tecnológicos, sistemas educativos en materia administrativa, apoyando la comercialización de los productos de sus pequeñas empresas, de manera suficiente que les permita a ellos mismos y por si mismos, superar una situación de pobreza y en muchos casos de miseria, mediante la superación y el progreso personal; para dejar de ser dependientes y generar sus propias oportunidades. Esta gente no necesita limosna; necesita mejores condiciones de vida, para desarrollarse con libertad y dignidad por ellos mismos, bajo la protección y la ayuda de los demás a través del Estado, como es su derecho.
Antonio Fuentes Flores